jueves, junio 28, 2007

Vacaciones de Soltera

Me fui de vacaciones soltera y lo pasé demasiado bien. De hecho, creo que nunca lo había pasado mejor, los 30 son definitivamente la mejor época: antes de los 20 todavía tienes gusto a leche, a los veintitantos te preocupa demasiado lo que las otras personas piensen de ti, pero a estas alturas Who cares?

El año pasado ya había salido de vacaciones por mi cuenta, pero esta vez hubo un ingrediente especial, algo que jamás había probado y que es ambrosía (creo no estar exagerando).

He comprobado empíricamente que el clásico amigo con ventaja, si es bien escogido, puede ser infinitamente mejor que el más perfecto de los pololos (muchísimas gracias a las amigas que me lo presentaron, a la Consue por invitarme a Viña y a la Anita por invitarlo a él). Simplemente la falta de compromiso te relaja tanto que no te queda otra que ser absolutamente tú misma y, como no hay interés en conquistar, no te importa en lo más mínimo si al otro le cae bien o mal lo que tú haces.

Wow! debí haber probado esto antes. ¿Por qué pasé tanto tiempo pololeando? Por otra parte esto es tan bueno que cualquiera se puede engolosinar y, francamente, la promiscuidad es un concepto demasiado fuerte como para incluirlo en mis listado de valores, así que no es para tanto, pololear tambié tiene su lado bueno.

Es que estar en el paraíso, con Miguel Bosé y sin tener que comportarse según el protocolo es más de lo que mi cordura puede soportar. Soy adicta y ahora me viene el bajón... Santiago me parece tan fome y gris (bueno, es fome y gris en realidad, así que no es culpa de la comparación con el paraíso).

Supongo que esto es lo que les pasa a los hombres: cuando las mujeres juramos que estamos de conquista, él está pasándolo bien solamente y no nos considera más que como amigas. Es raro estar en la otra cara de la moneda, rarísimo, ¡pero excelente!!!!!!

sábado, junio 02, 2007

la Consuelo Aldunate

He estado leyendo la columna 31 de la Revista Ya todas las semanas desde que salió, es graciosa, entretenida y esa onda media "loser" de la Consuelo Aldunate es enternecedora y hace que todos la quieran un poquito.

Todo bien, hasta que me di cuenta hace un tiempo, que la obsesión que tiene ella por casarse pasó de ser simpática a ser enfermiza cuando aceptó seguir saliendo con un gallo que estaba enamorado de otra y pasó el año nuevo vomitando de curado y llorando por la otra ¿dónde quedó su dignidad?

Creo que esa caricatura de las solteras de 30 y tantos es amorosa y divertida, pero etiqueta a las mujeres de una forma muy poco elegante ¿Se supone que todas debemos hacer peripecias impensables y renunciar a nuestro amor propio para llegar al altar? I really don't think so.

OK, todos sabemos que nadie va a tomar en serio ese tipo de columnas del estilo "funny" o películas como "Bridget Jones" (libro en el que se basó Marcela Aldana para escribir sus 31), pero esa imagen de solterona desesperada queda en el inconsciente colectivo, tal como la bruja del cuento Blancanieves, o en Chile la suegra Tremebunda de Condorito.

Esto me lleva a reflexionar sobre la gran necesidad de validación a través del otro que tiene el personaje de la Aldunate, sin pareja ella no es nadie. Eso no es para mí.