domingo, junio 27, 2010

tamos

ya, nos gustó uno, o sea, me gustó a mí y después se lo mostré al gringo y le gustó (ja, ja, ja)

es este: http://www.portalinmobiliario.com/propiedades/fichas.asp?PropID=773756


ahora debemos sortear los amplios obstáculos de la burocracia, que quién sabe cuánto van a tomar, pueden ser meses
 
ya me imagino mi vida por los próximos 10 años ahí, trabajando en la cocina, atendiendo a los niños y el marido ¿qué me pasó? :O

domingo, junio 13, 2010

Huincha en mano


Encontrar un departamento (o piso, como dicen en Argentina) para vivir en la capital de Chile se ha vuelto toda una odisea.

Lo primero es revisar emol_propiedades regularmente, claro que la información ahí es bastante escasa, los anuncios tienen en su mayoría dos frases incompletas que no dicen nada acerca de la posible futura vivienda, el resto tiene fotografías y más detalles, pero son muy pocas y jamás te contestan si intentas contactarte a través de ese medio.

Pero la verdadera biblia del buscador de nuevo hogar es el Portal Inmobiliario un sitio de oferta de propiedades nuevas y usadas clasificadas por precio, sectores y muchos otros parámetros que permiten una búsqueda cómoda y actualizada. Sin embargo tampoco es frecuente que te respondan las consultas hechas en el mismo portal, hay que llamar.

Hasta ahí todo relativamente bien y medianamente fácil, el verdadero drama es conseguir que te muestren algún departamento que te gustó. Todos te persiguen para vender propiedades nuevas, te llaman, te escriben e incluso te acosan, pero los usados están en un Universo paralelo, sobre todo si están arrendados.

Los arrendatarios no están muy contentos de que les vayan a vender su lugar de habitación, porque implica que ellos, a su vez, tengan que buscar otra vivienda e incurrir en gastos de mudanza no contemplados, además nadie quiere que extraños vayan a meterse a tu casa a mirar tus cosas y tu intimidad, entonces no hallan nada mejor que poner mil y un problemas respecto a los horarios de visita.

Creo que a las señoras corredoras de propiedades (no sé porqué este es un oficio casi exclusivamente femenino) no les gusta levantarse los sábados en la mañana, porque cuesta un mundo poder ir a visitar un departamento en ese horario y mi pololo no tiene otro. Yo trato de ayudarlo yendo a visitar propiedades en la semana, pero si él no lo ve, no se compra nada. Y así estamos, trabados en un ciclo infinito.

Pero para peor, nosotros no queremos cualquier cosa (sí, soy de alto mantenimiento y él también). No nos gusta vivir en un piso bajo, porque la vista es pésima y la seguridad disminuye. Obviamente queremos vivir en un sector que no esté muy alejado de nuestros lugares de trabajo para tener una mejor calidad de vida y no pasar gran parte de las nuestras en el transporte público o en embotellamientos de tráfico (también es mucho más ecológico moverse durante trayectos más cortos todos los días), pero tiene que ser en un barrio residencial. Debe tener tres dormitorios y dos baños como mínimo, para que nos dure unos diez años o más, si tenemos dos hijos, que es la idea. Y la terraza no puede ser minúscula, para que gringo satisfaga sus ansias de macho alfa y ponga una parrilla o asador e invite a sus amigos a comer carne y tomar cerveza como las hormonas mandan.

El edificio tampoco puede ser poca cosa, por lo menos, queremos que tenga áreas verdes, piscina, conserje, portero eléctrico en la entrada, portero automático hacia los estacionamientos y alguna sala multiusos o de eventos, para celebrar los consabidos cumpleaños infantiles que se nos vienen por delante, si logramos tener niños.

Yo ya he visto varios departamentos, con la huincha de medir en la mano mano le pido a la corredora que me ayude y anoto todas las medidas y características de la vivienda en cuestión para después  entregarle un informe completo al gringo. Un lugar puede ser precioso, estar impecable y cumplir con todos los requisitos, pero si no tiene un tamaño adecuado, te sientes viviendo en una caja de fósforos y eso es lo peor que puede pasar a uno, encuentro yo y, por suerte, el gringo está de acuerdo (hemos tenido pocos tira y afloja respecto al tema de nuestro futuro hogar).

En fin, hay poco y lo poco que hay, no nos lo pueden mostrar. Parece que no fuéramos a terminar nunca con la búsqueda...