Anillo de Soltera

Nunca he contado la historia de mi anillo de soltera en este blog. Pues aquí va.

Corría el año 1999 del milenio pasado y yo estaba absolutamente convencida de que mi papel en la vida era casarme y tener hijos. En fin, salí con un chiquillo que me gustaba mucho y a la primera salida le dije que estaba aburrida de la vida de soltera y que, si nos poníamos a pololear, quería casarme y tener hijos (es cierto, la gente me dice siempre que estoy loca por haber hecho algo así pero yo creo que es lo más honesto que uno puede hacer).

Pasó el tiempo, nos enamoramos, lo pasábamos bien, hasta que nos pusimos a pololear. Todo el rato yo esperaba a que me pidiera matrimonio porque, según yo, todo iba bien, me llevaba regio con su familia, nos acompañábamos ene, él empezó a trabajar, tuvo un trabajo estable, cambió el auto, ahorraba, tenía plata, pero no pasaba nada.

En esa época, tenía tantas ganas de casarme, que me inventé una cábala: "no usar ningún anillo hasta que me regalaran el de compromiso".

Para mí, que siempre he amado las fantasías y joyas de plata, fue un sacrificio mayor, pero lo cumplí al pie de la letra hasta el año 2003. Cuando me aburrí de esperar y pensé "superstición estúpida, no importa si uso un anillo cualquiera, total, igual me va a pedir matrimonio" y con un poco de rabia y frustración por la ausencia de manifestación al respecto de parte de la otra parte (valga la redundancia) partí a comprar el anillo más grande y choro que encontrara.

Fui a la tienda Plataforma que está en el Segundo Piso del Apumanque y escogí en el adorno más bonito para uno de mis dedos y el más grande también: ESTABA COMPRANDO MI ANILLO DE SOLTERA.

Es un precioso anillo cuadrado de plata con nueve aguamarinas rectangulares y veintidós circones, que ocupa toda la primara falange del dedo medio de mi mano derecha (es el que está en la foto).

Ahora lo uso prácticamente todos los días y ya es parte de mí. Si me llegara un anillo de compromiso, no sé si podría dejar mi anillo de soltera guardado en un cajón, porque de cierta forma es un símbolo de mi independencia mental, creo.

¿Qué pasó con el fallido novio? Al año siguiente me dijo que no quería casarse conmigo después de 5 años de planificar el matrimonio en mi cabeza y en conjunto, y se casó con otra a principios de este año. C'est la vie :)