jueves, septiembre 06, 2007

La segunda alternativa

Hoy tuve una de esas conversaciones casuales de oficina con una compañera de trabajo a la que no veo con frecuencia. Tenía que esperar por lo que ella amablemente me interpeló:

Ella: ¿Y? ¿Qué has hecho de entretenido?
Yo: Nada, pasé todo el fin de semana en cama, resfriada.

Hasta ahora, inicio de conversación y verdad.

E: ¿Y? ¿Qué onda, estás pololeando?
Y: No

Se pone más agresiva la cosa.

E: Pero ¿ni un pretendiente?
Y: - No, nada.

Intento de proteger la intimidad y de mantener la dignidad ante la insinuación de "obligatoriedad" de una relación estable o, por lo menos, una potencial vida amorosa.

E: Y ¿por qué?

¡El colmo de la intromisión! ¿Cómo se supone que una debe responder a eso? "Todos los días ando de cacería, pero hasta ahora no ha caído ninguno" ¡Por Dios!

Y: No sé.
E: Pero, ¿sales? ¿tienes amigas?
Y: Sí
E: ¿Y?
Y: No salgo mucho, me da sueño temprano.

Justificándome por mi "patética", a sus ojos, soledad.

E: ¡Pero ¿cómo?! Tu príncipe azul no va a ir a golpearte la puerta...(sic)

Lo que implica "yo sé lo que tienes que hacer y te doy mi consejo, aunque no me lo pidas" y que existe gente que aún cree en el príncipe azul.

Y: Ja, ja, ja

Risas de "ya no me h...vees más, esta conversación llegó hasta aquí". Repentinamente mi interlocutora (o increpadora) dirige la conversación hacia su persona.

E: Yo llevo 13 años con mi pareja, 8 años de casados y antes de conocerlo sólo tuve un pololeo de 3 años y otro más light.
Y: Ah, harto tiempo.

Haciéndome la tonta.

No me quedó muy claro si eso último quería significar "te aconsejo porque yo sí tengo una vida amorosa estable" o "después de todo es envidiable que estés soltera, porque yo ni me acuerdo de lo que significa libertad".

Prefiero inclinarme por la segunda alternativa.

No hay comentarios: