viernes, septiembre 05, 2008

¡Uf, me salvé!

Este fin de semana estuve a punto de asistir a otro matrimonio. Resulta que iba a acompañar a mi mamá y finalmente alguien se enfermó y no fuimos.

Un evento de esta naturaleza, para una mujer soltera en sus 30s es muy incómodo. Ya lo viví cuando se casó mi primo chico

Además, ¿hay algo más perno que ir a un matri con la progenitora? ¡Atroz! Bueno, no es que no tenga con quien ir, pero no puedo ir con él porque la invitada no soy yo, sino mi mamá.

Una vez lo hice, estuve en un matrimonio como acompañante de mi mamá y fue tan terrible, que ni siquiera me quedé al cocktail, me fui a pata a la casa con tacos altos, vestido de fiesta y todo. Me sentí como cucaracha aplastada. Todos eran, o mucho mayores, o mucho menores y, para colmo de males, no conocía a nadie más que a mi mamá, ja, ja, ja, fue lo peor.

En fin, esta vez me salvé, quién sabe por cuanto tiempo, eso sí.

No hay comentarios: