Estoy leyendo un libro que me regalaron para mi cumple, se llama ¿Por qué chocan Martes y Venus? y el autor es John Gray, el mismo de "Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus" que fue muy famoso en los noventa.
La cosa es que recién estoy leyendo la introducción y pucha que le encuentro razón a este gallo. Habla de que uno está tan ocupado en su vida laboral o lo que sea, que no se da tiempo para mirarse para adentro y dedicarse a una relación amorosa.
Lo cual creo que también se aplica a la gente soltera. Uno debe tener SIEMPRE una relación amorosa con uno mismo, SIEMPRE.
Quererse, cuidarse, preocuparse por su bienestar antes que de cualquier otra cosa, dejar todo de lado para preguntarse qué necesita y si lo está consiguiendo, no sólo para su cumpleaños o en la noche de año nuevo, que es lo típico.
No se trata de ser self-centered (¡Que todos los dioses me libren! Qué triste es esa gente que cree que es el centro del Universo) sino de tener una relación sana y reconciliada con el ser con el que convivimos todos los días: uno mismo.
Una vez aclarado este punto, procedo a seguir explicando lo del libro. La cosa es que a veces uno se deja llevar, no más. Hay tanto que hacer en la pega, que no hay tiempo para nada más y aunque queramos al otro (en este caso, uno) no tenemos tiempo ni de hablarle. Puede parecer exagerado, pero pensándolo bien, es verdad. ¿Cuándo fue la última vez que me pregunté a mí misma hacia dónde va mi vida, si soy feliz o qué necesito para serlo? Pucha, hace harto rato, ya.
En fin, recién estoy empezando el libro, pero este planteamiento ya es apoteósico. Decirle al jefe "no me puedo quedar hoy" es todo un desafío y sobre todo si la razón es que necesito dedicarme tiempo a mí misma...
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