Hoy estaba leyendo una encuesta publicada en emol.com que se llama "
Las cosas que odio de ti" y me sentí identificada con varias de ellas, tanto con algunas que odian ellas de ellos como viceversa. Pero también encontré que algunos aspectos que la gente encuentra detestables en el otro, a mí me parecen algo de lo más natural.
Vamos por partes, como dijo Jack El Destripador.
Lo que ellos odian de ellas:Que sea posesiva: Yo también opino que no hay nada peor que un hombre controlador y celoso que te llame a cada rato y no te deje respirar. Si no hay confianza, no puede haber relación.
Que haga pasar vergüenzas: Esto es absolutamente válido para las mujeres hacia los hombres y en especial para mí. Una amiga se mortificaba porque su marido era seco para las tallas de doble sentido y yo le aconsejé que se relajara y que era sólo una percepción que ella tenía de lo que los demás podían pensar, que estaba equivocada y que no era para tanto (porque eso era lo que pensaba, incluso cuando él se desubicaba en las reuniones de apoderados y linduras por el estilo, el doble sentido igual es pasable). Distinto es cuando una sale con alguien que dice realmente puras tonteras como salidas de un universo paralelo, porque ni siquiera son de mal gusto, sino simplemente inaceptables en cualquier contexto social humano, nadie se ríe, todos miran con cara de horror y lo único que una puede hacer es esperar que la Tierra se la trague con la mayor velocidad posible.
Que sea extremadamente cómoda: La flojera es una característica bastante poco adorable. No hay nada peor que un hombre que ni siquiera va al Metro a buscarte y, cuando lo hace, llega con una actitud furibunda como si todo fuera culpa de una ¡Arg!
Que sea manipuladora: Horroroso. Los hombres también pueden llegar a ser terriblemente manipuladores y usar la tendencia natural de las mujeres a culparse a sí mismas de todo como a ellos se les antoja, o hacerse los buenitos y pintarla a una como la mala de la película todo el rato.
La ausencia de actitud: No hay nada peor que un hombre pusilánime, que no tenga iniciativa y que te dé el gusto en absolutamente todo. Una persona que deja que el resto del mundo lo manduquee como quiera es alguien que no vale la pena querer porque no se quiere ni a sí mismo. No hay nada más sexy que un hombre que se imponga frente a todos (menos frente a una, je, je, je).
Que en vez de preguntar, ordenen: Simplemente inaguantable, si no hay discusión, no hay comunicación y no hay relación bilateral. Desde a dónde vamos de vacaciones hasta en qué religión vamos a educar a los niños, todo debe ser suceptible de ser negociado, el estilo Hitler pasó de moda.
La inseguridad de su aspecto físico: Me cargan los hombres que se quejan todo el rato de que tienen los brazos flacos o la guata grande y no hacen absolutamente nada para cambiarlo. Yo no soy perfecta en lo más absoluto, pero no les voy a ellos con la cantinela de mis inseguridades, ésas las dejo para compartirlas con mi mamá y mis amigas que sabrán lidiar con ellas. Punto.
La peor tortura, el mall: Les encuentro toda la razón a los pobres hombres, porque para mí estar toda una tarde buscando una corbata o un traje masculino es lejos lo más fome de la Tierra. Bueno, siempre hago concesiones, porque no se puede ser tan egoísta y si el otro te necesita, hay que estar ahí. Pero es preferible evitarlo para no andar con cara larga todo el rato.
Lo que ellas odian de ellos:Los extremos, del cauto económico al loco derrochador: Obviamente si el tipo es un amarrete máximo es insufrible(todo lo parte a la mitad, hasta el último céntimo y se queja de que eres una gastadora irremediable) y el superamigote que le presta plata a medio mundo también es apestoso, porque parece que nunca tuviera nada, todo pasa por sus manos como un suspiro. Pero prefiero mil veces al cauto económico frente al loco derrochador, va más con mi forma de ser y la educación de inmigrante que me dieron.
Que su líbido parezca un fantasma que sólo a veces aparece: Es cierto que no hay nada más fome que el trabajólico que siempre está cansado, aburrido o al que uno le hace ojitos y se hace el dormido. Mal. Tampoco es agradable el tipo que parece un volcán y no te deja pegar pestaña ni un día seguido, pero es más halagador que te deseen a que te ignoren.
Que tenga sus aspiraciones en el suelo: La falta de metas y el conformismo mediocre son lo más antirromántico que existe en la vida. Una vez me tocó un tipo que tenía como máxima aspiración vivir de sus rentas ¡¿qué?! En cambio, otra vez un pololo me dijo que cuando su trabajo ya no representara un desafío para sus capacidades lo dejaría aunque se sentía cómodo en él, es que me pareció absolutamente digno de admiración y me enamoré más de él.
Que no sean caballeros ni detallistas: Me carga la palabra "caballero" para decir educado, pero sí, es una lata que el otro al principio te abra la puerta o te lleve de la mano por el interior de la vereda y al tiempo después olvide todos los gestos altruistas que tuvo durante la conquista. Te deja una sensación de abandono.
Que sean recelosos con su vida: Para mí no es motivo de desazón el hecho de que él almuerce con sus amigos o vea sus partidos de fútbol el domingo en la tarde. Porque a mí también hay cosas que son intransables como pasar tiempo con mis sobrinos o ir a ver a mi nonna períodicamente. Tú tienes tu espacio y yo el mío. Es sano, es necesario y no es en absoluto un motivo de odiosidad.
Que se preocupen de su apariencia más que ellas: Nada mejor que tener tu propio modelo y no tener que estarle diciendo a cada rato que suelte el asado o la botella de cerveza y acarrearlo con grúa fuera del sofá. El hombre que sale a andar en bicicleta, juega fútbol o escala cerros es un regalo de la Naturaleza y una no tiene por qué odiarlo por eso. Y, por último, cualquier cosa que haga un hombre por mejorar su apariencia física nunca está de más.
Los que incluyen en la relación a su santa madre: No hay nada peor que la frase "todos en el mundo son así o asá excepto mi mamá y tú". Sin comentarios.
Malos hábitos en la digestión: Los gases simplemente se deben expulsar con discreción, lo contrario es una falta de respeto intolerable. Punto.
Lo que no estaba en la encuesta:Podría agregar muchas otras cosas que me parecen detestables en una pareja y que no aparecieron como alternativas de la encuesta, como las siguientes:
La falta de independencia psicológica: de sus padres, de su pareja, de Internet, etc. Un inválido emocional es un cacho... tierno, pero cacho al fin y al cabo.
La falta de madurez: que tenga el Síndrome de Peter Pan. Un niño en el cuerpo de un hombre es entretenido por un tiempo, pero definitivamente tóxico a la larga.
La mediocridad: se explica por sí misma. Una mujer mediocre se conforma con un hombre mediocre, yo no.
El abandono físico: el hábito de no bañarse, no afeitarse, no peinarse ni cortarse el pelo, etc., creo que se entiende la idea. En este ítem no se incluye la falta de vanidad, sino la falta de cuidado personal.
El desprecio por el género femenino: que él sutilmente haga saber que los hombres son mejores que las mujeres o que incluso cuente chistes sexistas muerto de la risa. No me parece admisible.
El fanatismo religioso: que ponga a su dios, dioses o filosofía por sobre todo lo racional y se cierre a cualquier discusión al respecto. El dueño de la verdad es simplemente odioso.
Que "después de" se dé la media vuelta y se ponga a roncar: algo que me hace sentir realmente utilizada es que la intimidad sea como el refrán "Comida hecha, amistad desecha". Justo después de que se acabó, él te dio la espalda y ya no supo nunca más de ti. ¡Qué poco romántico!
La falta de modestia: Un hombre que cree ser de otra galaxia es bastante desagradable. Aparte de que la falta de autocrítica es un signo de estupidez.
Y así, para qué voy a alargar la lista ahora, cuando me acuerde de otras cosas, las pongo en otro post. Buenos días y buenas lecturas.