domingo, marzo 29, 2009

¡El Mejor o Ninguno!

Leyendo el artículo "The Best Or None!" que trata de las Solteras del Siglo Diecinueve en Nueva Inglaterra, me dí cuenta de que si bien en Estados Unidos se entiende que las mujeres que no se casaron lo hicieron para no comprometer sus altos ideales del matrimonio por amor romántico y no porque no pudiesen hacerlo, en Chile estamos a años luz de un logro semejante.

En el país del norte, la soltería era vista como resultado de una serie de elecciones complejas y las solteras como campeonas de la ética intachable, es decir, se reconocía que ellas no transaban sus valores respecto a que el matrimonio debía ser por amor verdadero y no conveniencia social.

Las mujeres solteras de esa época se oponían a las antiguas ideas de que el matrimonio debía fundarse en la amistad y la estima entre los contrayentes, que era lo que hombres como Benjamín Franklin defendían al considerar el amor romántico como una mera pasión "cambiante, temporal y accidental" y que una unión duradera sólo se sustentaba en valores más racionales. Mientras para los Puritanos, el amor venía primero y luego la simpatía y el entendimiento.

Que es un poco la idea que tenemos hoy en día del amor romántico: nos enamoramos locamente, con el tiempo nos conocemos y empezamos a negociar con nuestras diferencias hasta entendernos. Y ese amor inicial salvaje se va domesticando y convirtiendo en un sentimiento apto para formar una familia. Ese amor "domesticado" se consideraba el verdadero amor que era útil para la sociedad.

Esos conceptos fueron los que influenciaron a muchas mujeres jóvenes de la época a no casarse, a menos que pudieran entregar completamente su corazón a alguien. La pureza de las motivaciones para el matrimonio era esencial para la dignidad y santidad del mismo.

Ésa es en el fondo mi opinión, uno no debe casarse con el que esté más a mano o con el que tuve de pololo hace años, sino con la alguien con quien se tenga una comunidad espiritual y valórica, una persona por quien darías la vida - porque después de todo sí le estás entregando tu vida-. Me parece moralmente reprobable elegir casarse por razones ajenas a la convicción de que la persona amada es la única y definitiva.

En el artículo arriba mencionado, la filosofía de las solteras del s.XIX parecía ser "vivir verdadera y libremente", en forma verdadera al ser fiel a sus más altos principios y libre de la opinión del mundo que no siempre representaba lo que ellas sabían conscientemente era correcto.

En el hemisferio norte, se comprendió que la soltería no sólo era producto del "sentimiento de que las mujeres casadas carecían de suficiente autonomía" (que yo diría es un factor que influye en la mujer moderna) sino de la férrea convicción de que si no se puede desarrollar por completo la capacidad amatoria, no vale la pena emprender la aventura del matrimonio.

Y se consideraba que el amor espiritual no se limitaba sólo al matrimonio verdadero sino podía ser expresado en diversas instancias, por lo que al ser viable fuera de él, hacía posible que las mujeres pudiesen elegir la soltería sin renunciar a abrigar el sentimiento más puro.

Esta nueva valoración de la mujer en términos de moralidad y espiritualidad, más que de procreación, hizo posible que la soltería fuese una variación respetable de la maternidad más que su antítesis. Hoy en día la maternidad es un valor que se ha vuelto a rescatar, al constatar los países desarrollados la escasez de población infantil.

En "Love and the modern spinster" se expone que la mayoría de la gente siempre ha pensado en las solteras como personas que no tienen relaciones sentimentales, a quienes nunca les llegó el amor y no fueron "escogidas" para casarse o ser madres. Sin embargo, las solteras modernas hacen elecciones inteligentes, se enamoran conscientes tanto de las alegrías que esto trae como de los costos involucrados, saben que es agradable despertar junto a la tibieza de un hombre, pero que el mismo probablemente va a dejar la tapa del W.C. levantada y su ropa sucia en el suelo; comprenden que el amor ideal y el real deben ser asimilados como un todo y, por lo tanto, no sienten una necesidad imperiosa de cambiar al hombre con que se encuentran en una relación. Así como tampoco están constantemente evaluando a cada hombre que conocen en términos de si es apto para casarse o no, orientación que les da poder sobre las relaciones amorosas que no poseen las mujeres cuyo objetivo permanente es llegar al matrimonio.

Personalmente no me identifico ni con las solteras permanentes ni con las mujeres que buscan casarse, pertenezco a un tercer grupo que no descarta la posibilidad de casarse, pero tampoco lo persigue como un deber ante la sociedad. Esta nueva categoría se llama en EE.UU. "Quirkyalone" y su definición se puede encontrar en quirkyalone.net

Por otra parte, en la evolución de la concepción de la mujer como un ser independiente del marido influye notablemente el cambio social de los años '60 en que las féminas tuvieron un mayor acceso a la educación y al mundo laboral, ya no sólo en los roles tradicionales de profesoras, empleadas domésticas, enfermeras, etc. sino como profesionales como ingenieros, arquitectos, psicólogos, etc. La capacidad de mantenerse a sí mismas y eventualmente a un retoño definió un cambio radical en la mirada de la sociedad hacia ellas. Una mujer independiente económicamente es libre de decidir su propio destino, así como de influir en las decisiones importantes que se tomen dentro del matrimonio.

Este último punto ya fue tratado en una entrada anterior de este blog.

Para concluir, existen varios estudios sociológicos acerca de la opción de permanecer soltera después de los 30 años en nuestros días y se ha transformado en una tendencia en los países desarrollados, ya que las mujeres tenemos opciones y las valientes no nos dejamos influenciar por la presión social, queremos el todo o nada.

viernes, marzo 27, 2009

Lo peorrrrrrr

Es que no tengo calificativos para esto:
Como encontrar pareja (además de ser lo peorrrr, está mal escrito porque el término "como" al ser adverbio modal lleva acento, ya que no está siendo utilizado como preposición comparativa).

Islamor debe ser lo más siútico y ridículo que pisa la Tierra (baste con decir que es el sitio de la Vivi Kreutzberger), sin contar con que las agendas astrológicas son lo más estúpido que existe (ya no somos griegos para consultar el Oráculo, ¡por favor!!!). O sea, todo pésimo.

¿Qué tiene la gente a la que le gusta leer ese tipo de patrañas en la cabeza? Emol definitivamente se cayó son su sección Solteras del Puntomujer, en vez de ser un lugar interesante, es una página con espacios del tipo: "Guapo del mes" (¿¿¿¡¡¡!!!???) y joyitas como la de arriba en "Tips y links".

Aunque yo diría que se pueden rescatar algunos reportajes del espacio "De a uno"

En fin, lo más descatable de Puntomujer son los artículos de Mujer y Trabajo, es cuestión de gustos (todo el mundo cree que tiene buen gusto, en todo caso).

Juzguen por ustedes mismos.

miércoles, marzo 25, 2009

Porque ya es tiempo



No hay nada que encuentre más equivocado que urgirse por hacer algo "porque ya es tiempo". Es como reafirmar el concepto de las abuelas de que si no te has casado a los 29 años es porque "se te pasó el tren".

La gente en general puede llegar a hacer cosas realmente equivocadas para cumplir con los calendarios de lo aceptable por la sociedad y el matrimonio definitivamente entra en ello junto con las mujeres involucradas y es de las mujeres solteras que se ocupa este blog, lo demás es tema para otro.

Cosas como casarse a los 29 años con el único hombre que les corresponde después de haber buscado otro canditato sin éxito y jurándose a sí mismas que lo que sienten es puro amor. Después de todo, es más fácil convencerse de que lo que tienes es lo que quieres, evitando la frustración de la realidad inversa, que cuestionarte si realmente quieres algo más y por eso abandonaste el proyecto de relación en primer lugar.

Es el caso de mucha gente, por algo la mayoría de las chilenas se casan entre los 28 y 29 años (a algunas se puede atribuir que no quieren esperar más tiempo para tener hijos).

Yo diría que la gente que más pregona su felicidad a los cuatro vientos y que se repite "no me importa, en serio", frente a la evidencia de los defectos incompatibles con la convivencia adulta que pueda presentar su pareja, es la que tiene una mayor necesidad de autoconvencimiento respecto a que todo está bien, porque ello les evita el falso dolor de llegar a ser consideradas por la sociedad como "solteronas" (qué concepto tan absurdo).

Por otra parte, si una mujer no ha logrado encontrar un trabajo estable o independiente que le asegure independencia económica, es lógico que pase del alero económico del padre al del marido, como era común en el Chile de hace 50 años.

Para despertar y pasar airosas la barrera psicológica de los 30 años se necesitan una valentía, un corazón y un amor propio que no todas tienen, pero que son indispensables para no meter la pata hasta el codo.

Después de todo, un mal matrimonio puede traer una cantidad de secuelas inimaginables para la vida no sólo propia sino ajena en el caso de que se tengan hijos. Nadie les devolverá los 10 ó más años de vida que inviertan en intentar llevar adelante un matrimonio que no tenía futuro desde el principio, porque se llevó a cabo para casarse "a tiempo".

Moraleja: Yo hago lo que realmente siento que es lo mejor y no porque "ya es tiempo".

viernes, marzo 13, 2009

El largo proceso de arreglarse para ir a un matrimonio

Esto, más que aplicarse a las mujeres solteras, es para las mujeres en general.

Nosotras sabemos que no es cosa fácil.

Todo comienza con el clásico "¿y qué me pongo?", seguido de un intenso buceo por el closet propio y, si no se encuentra nada ahí, por el de las amigas, hermanas, colegas, parientes y -por último- se remata en interminables caminatas por las tiendas, largas sesiones de probadores, "si lo subo de aquí y lo ajusto de allá...", las cuentas para ver si alcanza la plata (por alguna maldita razón a uno siempre le gusta el que está al borde del abismo del presupuesto) y un largo etcétera por el estilo.

Una vez que ya se cuenta con la ropa y accesorios (lista eternísima: chaqueta o abrigo, zapatos, medias, cartera, joyas, etc.) llega la hora de ir a peinarse a la peluquería o -para las que andan en vacas flacas- en casa.

Hombres todos, créanme que esta preparación incluye horas de peinado y maquillado, sin contar la depilación -desde las cejas hacia abajo-, sin siquiera mencionar manicure y pedicure.

E incluso a veces puede tomar un día completo (sólo lo mencionado en el párrafo anterior. Sobre todo si a eso hay que agregar los pequeños inconvenientes derivados como por ejemplo mandar a limpiar la ropa a la tintorería e ir a buscarla, comprar el regalo de matrimonio, lavar el auto si se va a manejar y así.

Uno quiere que todo sea perfecto. Eso nos enseñaron desde niñas, las mujeres deben demostrar todo el tiempo su superioridad o al menos igualdad ante los hombres, por lo tanto no pueden fallar un ápice, porque inmediatamente se atribuye cualquier falencia al hecho de "ser mujer" (Véanse frases del tipo: "Mujer al volante, peligro constante" y "pelo largo, ideas cortas").

Me dio una mezcla insana de rabia y envidia cuando el gringo me dijo que él se demoraba 15 minutos en arreglarse para ir a un matrimonio: se baña, se afeita, se pone casi la misma ropa que para ir a trabajar y listo.

¡Está listo!!! Cómo me piden que crea que exista un dios si esto el colmo de la injusticia: uno tiene que oler a rosas después de todo un día de correr, luchar y sufrir contra los vendedores, peluqueros, mani y pedicuristas, depiladores y tintoreros, mientras ellos ¡están listos en 15 minutos!!!

Mañana me espera un laaaaaaargo día...

miércoles, marzo 11, 2009

Tengo un matri este fin de semana

Sí, este sábado voy a otro matrimonio. He contado varias veces en este blog cómo he sido vapuleada y humillada en ocasiones como estas, pero ahora es diferente porque no voy sola, de hecho ni siquiera conozco a los novios porque mi pololo me invitó.

Es un alivio inmenso que no me compadezcan, pero sigo pensando que es injusto que deba alegrarme de no ser aplastada como insecto socialmente por mi opción de vida. Me pregunto cuál es la gracia de conmiserarse de alguien que está soltero y feliz. Es realmente ridículo, si no me creen vean las siguientes situaciones:

1.- Soltera:

- ¿Y con quién viniste? (al matrimonio, se entiende)

- Sola.

- ¿Y por qué? (es el colmo de la impertinencia, uno debiera contestar "¿y qué chucha te importa?", pero las reglas sociales lo impiden por lo que la respuesta sería como la que sigue)

- Es que soy soltera.

- ¡Ah, no te preocupes, ya vas a encontrar a alguien! (con cara de piedad seguida de superioridad porque esa persona sí vino con pareja).

2.- Homosexual:

- ¿Y tú con quién viniste?

- Solo, es que soy gay y la gente acá en Chile es demasiado prejuiciosa como para haber venido con mi pololo.

- Ah. (Puede ser con estupor, asco o buena onda, pero jamás compasión)

En el segundo caso nunca le dirían al gay "No te preocupes, ya vas a ser heterosexual".

Para la gente la soltería es como una enfermedad que tiene que pasar, un terrible problema a solucionar, un defecto a esconder y una situación bochornosa a evitar. Se pasean muy ufanos con sus parejas aunque se odien cordialmente, jurando que le sacan pica a las solteras, que en realidad lo pasan increíble, excepto por los momentos en que les preguntan por qué son solteras.

Es como preguntarle a un gay por qué es gay:

1.- Es una impertinencia del porte de un buque,
2.- Realmente no tiene por qué estar explicando su opción de vida a cualquier hijo de vecino,
3.- De verdad ¡¿Qué chucha le importa?!

O como ver a alguien feliz, pero igual tratar de cagarle la onda. Otro ejemplo:

Situación A:

- Me compré un auto nuevo.

- ¡Qué choro! ¿y de qué marca?

Situación B:

- Estoy soltera.

- ¡Pobrecita! ¿pero cómo, acaso todos los hombres están ciegos en este país?

¿Me dicen que ambos casos no son comparables? Vamos viendo.

En primer lugar tanto ser soltera como tener auto nuevo es algo que se adquiere con esfuerzo y constancia (uno de ahorro y el otro de aguante de pesadeces sociales y familiares). Ambos te dan libertad de movimiento e independencia. Los dos te permiten escapar rápidamente (en el caso de la soltería son cosas como la suegra, las decepciones o engaños amorosos y cosas por el estilo). Ninguno exige nada más que plata (mantención, combustible, seguro versus pagarse las salidas sola porque nadie te invita, pagar uno y medio en los paquetes de viajes por servicio single y así). Y son una fuente infinita de satisfacciones.

Finalmente haré referencia a que no me cabe en la cabeza cuál es el afán de la gente por querer emparejar a todo el mundo ¿será que quieren uniformarnos? ¿que creen que las solteras no tienen sentido de pertenencia a un grupo? ¿les dará envidia? Debe haber de todo, pero, después de todo, como me dijo el gringo una vez "si fuera tan fácil llevarse bien con alguien, no seríamos monógamos"... y le encontré toda la razón.