martes, abril 07, 2009

El pastel tipo Peter Pan

La Consuelo Aldunate publicó una vez un artículo acerca de los solteros tóxicos que me pareció hilarante. Bueno, yo he decidido hacer mi propia versión complementaria en una serie de posts para vuestra entretención.

Uno de los pasteles que Consuelo Aldunate olvidó mencionar es el de tipo "Peter Pan".

No, no va por la vida vestido como el clásico personaje de la literatura infantil - lo cual es una verdadera lástima porque hace mucho más difícil identificarlo - sino que como Peter Pan, sigue siendo un niño por la eternidad.

Vamos por partes, el término fue acuñado por el Dr. Dan Kiley que en 1983 escribió el libro titulado "The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up" que describe con lujo de detalles esta tendencia cada vez más común en nuestros días. El síndrome de Peter Pan puede darse en ambos sexos pero, para desesperación de las solteras "en busca de", es más frecuente entre los hombres.

El galán en cuestión es incapaz de crecer. Ejemplos terroríficos de ellos son los hijos que nunca se van de la casa de sus padres, los que ya pasaron los cuarenta y tantos y siguen con una vida social típica de un adolescente y tienen amistades y grupos de salida mucho más jóvenes que ellos (10 ó 20 años inclusive).

Este eterno adolescente vive encerrado en el niño que todo adulto lleva dentro y está centrado sólo en satisfacer sus propias demandas y necesidades, así que ni ilusiones de que deje de mirarse el ombligo per secula seculorum. Ellos pueden encontrar linda a una mujer, adorarla y prometerle la Luna, pero son terriblemente egoístas y no pueden dejar de depender psicológicamente de sus padres, o en su reemplazo de su mujer.

¡Qué susto! Como para correr a toda velocidad ¿o no?

Y eso no es todo, sabed vuestras mercedes, que también existe el Síndrome de Wendy. Éste ataca a las mujeres (madres o parejas) que son quienes justifican las "niñerías" de estos adultos incapaces de crecer y soportan, e incluso alientan de manera involuntaria, la actitud infantil y enfermiza del Peter Pan de turno.

Si usted tiene alma de niñera, este ejemplar le viene al pelo.

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